T: ORIGEN DE LA CRISIS DEL PENSAMIENTO ACTUAL – Primera parte
Miramos la realidad
Un refrán dice: «Todos los hombres somos hijos de nuestro tiempo». ¿Es verdad esto? Si lo fuera, es muy importante conocer nuestra cultura actual y constatar de qué manera ha influenciado en nuestra manera de entender la realidad y de vivirla. Y si no lo fuera, al menos comprenderemos mejor la situación actual que nos rodea. ¿Qué opinas?
La crisis del mundo actual, que ya hemos hecho referencia, tiene un núcleo común que no siempre es tan fácil de identificar ni reconocer. Comprender las raíces de los problemas es tarea fundamental del cristiano, pues solo se podrá afrontar correcta y decisivamente una auténtica conversión personal y evangelización de la cultura si entendemos los fundamentos de la misma y del pensamiento actual.
En el nivel anterior, hemos visto que en nuestra cultura priman el secularismo, el subjetivismo y el relativismo hasta llegar al agnosticismo funcional. Los problemas no surgen de la nada. Para conocer cómo llegamos a pensar así, es necesario remontarnos al pasado para ver un breve recorrido de la historia del pensamiento. No pretendemos abarcar a todos los autores ni las corrientes que gestaron nuestra cultura, sino a los más representativos de estos tiempos. Es responsabilidad de cada uno seguir profundizando en los comienzos que dieron cimiento a lo que actualmente vemos.
¿Quieres conocer el origen del pensamiento actual?
Iluminamos al mundo con la fe
1. Antecedentes
Comenzaremos este breve desarrollo a partir de los acontecimientos ocurridos durante los siglos XI y XIII, que suscitaron un cambio de la mal llamada época «Edad Media», donde el mundo sufre una honda revolución en diferentes ámbitos.
a. Entre los siglos XI y XIII. En el mundo se vive la plenitud de la «Cristiandad» y que también fue llamada, en forma despectiva y equivocada, la «Edad Media». La cristiandad latina había unificado el mundo occidental, integrando el continente europeo. Durante ese periodo, se vive un gran desarrollo demográfico, económico y social; el clima provechoso favorece enormemente la agricultura (incluso la plantación de vides en Inglaterra); los bárbaros son finalmente integrados a la civilización latina; con las primeras cruzadas, se vive un avance del cristianismo incluso en tierras musulmanas; las ciudades crecen, el arte románico y gótico llegan a su apogeo. Europa vive un esplendor en la expansión de los monasterios, nacen las universidades y la Escolástica[1] llega a su cumbre con Santo Tomás de Aquino. El derecho romano se implementa a lo largo y ancho del continente. Aun así, no es una época exenta de problemas, ya se vislumbra la crisis posterior con el avance de las herejías, las revueltas campesinas y las guerras feudales.
Santo Tomás de Aquino (1225-1274), exponente privilegiado de la plenitud de la escolástica, dedicó enormes esfuerzos para exponer la relación entre fe y razón, el entendimiento y la creencia, la demostrabilidad de la existencia de Dios, la ley natural, etc.
b. Hacia el siglo XIV. Vamos ya viviendo la degradación de esta civilización. El avance de la crisis secular es evidente, una fuerte crisis climática afecta enormemente la agricultura, generando así pobreza y hambre. Se alcanza un techo tecnológico debido a un crecimiento demográfico que no tuvo correspondencia adecuada con la producción de alimentos y calidad de vida y, posteriormente, en el año 1348, la peste negra mata a una tercera parte de la población europea por falta de salubridad. Dicha crisis tiene diferentes focos: la concentración de herencias[2], aumento relativo de la importancia de las ciudades, la Guerra de los cien años[3], aumento de poder de la monarquía, el cisma de occidente, crisis de la Escolástica y muchos más. Sin embargo, paralelamente a esto, y debido al incremento del comercio, vemos también un gran dinamismo económico y cultural, lo que llevó a la inminente revolución que significó el Renacimiento.
Al llegar la crisis, muchos cuestionamientos y planeamientos se pusieron en duda: la Escolástica derivó, en ocasiones, en un espiritualismo desencarnado y extremo y la razón; por otro lado, comenzó a distanciarse rápidamente de la fe. En este contexto, comienza nuestro recorrido.
2. Nominalismo y revuelta protestante
Guillermo de Ockham[4] (1285-1347), con el nominalismo, introdujo en el pensamiento europeo una áspera confrontación entre razón y fe. Al negar la existencia de los conceptos universales[5], es decir, de las esencias en las cosas y al concebir nuestro conocimiento como flatus vocis (palabras vacías), produjo una honda ruptura e incomunicación entre filosofía y teología, ciencia y metafísica, cultura y religión. Se negó la racionalidad del conocimiento de Dios y se confinó a Dios a la esfera de la fe. Redujo la razón a la experiencia sensible, negando posibilidades «de razón» al domino de la metafísica. En adelante, Dios, el alma, la moral, corresponderían exclusivamente al campo de la fe. Se negaba el conocimiento directo de Dios buscándolo desde la «experiencia de lo irracional».
Al negar la existencia objetiva de los universales reales, Ockham redujo toda la realidad a las cosas concretas. Ya no podemos hablar de un género humano o de un elemento común entre los individuos de una misma especie. Lo único común es el nombre, y de ahí la razón de la designación de esta escuela: nominalismo. De esta manera se opuso al realismo, que afirma la existencia objetiva de los universales.
La distinción entre razón y fe se transformó primero en una sutil oposición, para luego ser un conflicto de inabarcables proporciones. Se sostuvo que el mundo de la fe es muy distinto del mundo natural y lo que se necesita para conocer uno no sirve para conocer el otro. Ya no hay distinción, sino más bien una predisposición a la negación del otro. Esta fue una de las terribles consecuencias del pensamiento nominalista.
La distinción entre razón y fe se transformó primero en una sutil oposición, para luego ser un conflicto de inabarcables proporciones. Se sostuvo que el mundo de la fe es muy distinto del mundo natural y lo que se necesita para conocer uno no sirve para conocer el otro. Ya no hay distinción, sino más bien una predisposición a la negación del otro. Esta fue una de las terribles consecuencias del pensamiento nominalista.
Ockham redujo toda la realidad a las cosas concretas, negó la existencia de los universales.
Las proposiciones de Ockham fueron fuente de inspiración para herejes como Juan Huss y Martín Lutero[6] (1483-1546), quienes se valieron de estas para cuestionar las enseñanzas de la Iglesia que llevaron a Lutero a proclamar: «Mi maestro Ockham fue el más grande dialéctico; sus enseñanzas las he absorbido completas». De sus maestros «ockhamistas», Lutero aprendió que la verdad estaba solo contenida en la Sagrada Escritura y ella no podría ser explicada o confirmada por la Iglesia, niega la libertad humana y afirma que la persona está desguarnecida ante el pecado: nunca puede dejar de pecar. Estas teorías nominalistas cuestionaron la autoridad de la Iglesia y provocaron en el siglo XVI la ruptura conocida como la Revuelta Protestante.
3. Renacimiento[7]
El Renacimiento (siglos XV y XVI) es el inicio de una época signada por los prejuicios a todo lo que había conformado la cultura hasta ese entonces. Este es fruto de la difusión de las ideas del humanismo, que determinaron una nueva concepción del hombre y del mundo.
En su búsqueda por enarbolar al hombre prescindiendo de Dios marca el inicio de una serie de vicios en lo que respecta a la cultura, conocimiento y visión del hombre y de Dios.
El mismo término Renacimiento está equivocado, porque indica un renacer; es decir, como si la etapa anterior fuera oscura, mortífera y opresora para el hombre, lo cual, como hemos visto anteriormente, no es cierto y es más bien fruto de una visión anticlericalista. La característica principal de este movimiento es acentuar el pensamiento y la cultura del clasicismo grecorromano, desligándolo de toda vinculación trascendental. Este movimiento tenía como núcleo el individualismo[8] y el escepticismo[9]. Se desestiman la metafísica[10] y la teología. Primó la reflexión sobre el fenómeno y la razón, sin la base del ser, por lo que esta se extravió. En su desesperado antropocentrismo ateo, muchos autores propusieron una filosofía centrada en la vida natural del individuo, preocupado principalmente por sus necesidades estéticas y sensuales, que promovían la gloria mortal como sustituto de la inmortalidad personal.
4. René Descartes, siglo XVII
El conflicto cultural y espiritual iniciado por el Renacimiento encontró un nuevo aliento en las ideas de René Descartes, quien nace en Francia en 1619 y se constituye como uno de los más grandes impulsores del pensamiento moderno. En sus reflexiones, concluyó que debía aplicar el método matemático a la filosofía, con lo que pensaba desterrar el error y la falibilidad del pensamiento humano. Así pues, propuso una inteligencia limitada a las leyes previsibles de la mecánica y los números. De esta manera, Descartes privilegió la percepción que el individuo tiene sobre la verdad antes que acudir a la verdad objetiva. Es célebre su «duda metódica», con la que propugnó el valor de la experiencia subjetiva del individuo como fuente de verdad, terminando por contradecirse a sí mismo.
Su «pienso, luego existo» es la absolutización de la dimensión subjetiva del pensamiento y es el emblema del pensamiento racionalista de su época, que hace primar lo psicológico sobre lo metafísico, de manera que la razón individual y subjetiva se convierte en el único criterio de verdad y de objetividad y su lema pasó a convertirse en el lema del racionalismo moderno.
Las ideas de Descartes fortalecieron y propagaron distintas corrientes de este tiempo como el inmanentismo[12], escepticismo[13] y del subjetivismo[14].
5. Ilustración, Siglo XVIII
La Ilustración, época también llamada Iluminismo o el «Siglo de las Luces», representa una segunda etapa en la crisis de exclusión de Dios de la vida del hombre. Este movimiento, que alcanzó su apogeo en el siglo XVIII, promovió el secularismo en todos los ámbitos del pensamiento.
La Ilustración fue un movimiento cultural europeo que se desarrolló –especialmente en Francia e Inglaterra– desde principios del siglo XVIII hasta el inicio de la Revolución francesa, aunque en algunos países se prolongó durante los primeros años del siglo XIX. Fue denominado así por su declarada finalidad de disipar las «tinieblas» de la humanidad mediante las «luces de la razón». Se va descubriendo cómo históricamente la posición de centrar todo en el hombre, descartando toda base metafísica y trascendental, conlleva necesariamente a buscar un sustento de todo en el hombre mismo.
Con la ilustración se buscaba dar respuestas a los anhelos del hombre solo con las pocas luces de la razón que ingenuamente se autoilumina a sí misma.
Los orígenes de la ilustración, según San Juan Pablo II[15], los podemos encontrar en René Descartes, Francis Bacon (1561-1626), Isaac Newton (1643-1727) y John Locke (1632-1704).
6. Deísmo, Siglo XVIII
La Ilustración tiene un componente de rebelión muy importante. Es una negación de lo pasado, tanto en relación con la Corona como contra Dios. Por ello, al hablar de Ilustración es necesario hablar de deísmo.
El deísmo tiene como objeto a un dios desligado o desinteresado del mundo.
Dentro de este deísmo encontramos nombres como François-Marie Arouet (Voltaire) (1694-1778), Jean-Jacques Rousseau (1712-1778), Isaac Newton y Thomas Hobbes (1588-1679). Podríamos hacer un intento de síntesis de sus pensamientos diciendo que ellos constituyen la plasmación de una profunda crisis de interioridad, se exalta a la persona desligándola de Dios y su Plan, se produce esta primera ruptura con Dios que es el origen de las demás rupturas. Se fortaleció acá la opción subjetivista que tuvo como consecuencia última la exclusión de Dios y vemos los orígenes del empirismo.
Esta ideología no es ajena a muchos de nuestros pensamientos sobre Dios y su relación con nosotros. Cuántas veces escuchamos estas frases: Si Dios existe… ¿porqué hay mal en el mundo? Si Dios es todopoderoso, ¿por qué tengo esta enfermedad?
Son frases duras y cargadas de desafiante desesperanza, en donde Dios si bien nos ha creado pareciera desentenderse de nosotros y de nuestra felicidad en la Tierra. Frases que reflejan una triste desconfianza en Dios Amor, Padre Bueno y Providente.
7. Conclusión
Empezamos esta reunión con la cita bíblica ubicada en el Génesis en la que nuestros primeros padres cayeron en la tentación de negar a Dios y darle la espalda, buscando construir por sí mismos su felicidad al margen de Dios: «Seréis como dioses conocedores del bien y del mal»[16].
Hemos podido apreciar en esta breve síntesis del desarrollo histórico de la «Historia de la crisis del pensamiento del mundo actual», que: «lo que el pensamiento patrístico y medieval había concebido y realizado como unidad profunda, generadora de un conocimiento capaz de llegar a las formas más altas de la especulación, fue destruido de hecho por los sistemas que asumieron la posición de un conocimiento racional separado de la fe o alternativo a ella»[17]. Y es que lejos de Dios el hombre desvaría.
En la medida que el hombre se aleja de Dios, es decir, cuando se da la ruptura con Él, reclamándole su autonomía, éste se aleja de la verdad sobre él mismo y sobre el mundo y así va construyendo sistemas de pensamiento que crean una «cultura de muerte»[18], como la llamó San Juan Pablo II, pues, atenta directamente contra el hombre y sus necesidades fundamentales. Esta ruptura que se inicia en el pensamiento, luego se plasma en la vida del hombre.
Este desarrollo histórico, que muestra los orígenes de la crisis del mundo actual, nos muestra la importancia de caminar de acuerdo a la Verdad que nos trajo el Verbo de Dios, para responder al llamado que tenemos de ser quienes somos: personas llamadas a vivir la comunión con Dios y con los hermanos, para así conducir el mundo por caminos de amor y plenitud. El apreciar las consecuencias de consentir en ideas que alejan al hombre de la verdad de si mismo y del mundo deben ser ocasión de entrar en uno mismo para cuestionar todos aquellos criterios errados que subyacen en el interior de cada uno, que no son los de Dios, para hacer un trabajo serio por convertirlos en pensamientos que se adhieren a los pensamientos de Aquel que es Verdad y Vida. Esto es un asunto de responsabilidad y coherencia con uno mismo.
Si Cristo es la verdad, la filosofía tiene que ver con Cristo.
Interiorizamos
¿Cómo vivo esto?
«Hoy en día, sabemos que no faltan dificultades y pruebas para la fe, a menudo poco comprendida, contestada y rechazada. San Pedro –como hemos escuchado– dijo a sus cristianos: «Siempre dispuestos a dar respuesta a todo el que os pida razón de vuestra esperanza. Pero hacedlo con dulzura y respeto»[19]»[20].
Preguntas para el diálogo
• ¿Por qué estas ideologías no terminan de responder al hombre en su totalidad?
• ¿A veces desconfías de Dios y piensas que Él no te cuida ni es providente contigo? ¿Lo has visto en personas cercanas a ti?
• ¿Estás preparado para defender tu fe de las ideologías imperantes en la cultura actual?
Vivamos nuestra fe
¿Qué haré para cooperar con la gracia?
Acciones personales
• Revisa cada una de las ideologías estudiadas en la reunión y compara con las ideas o actitudes que muchas veces tienes.
• Pon medios concretos para convertirte más al Señor conociendo más la verdad del Evangelio. Te sugerimos meditar diariamente el evangelio del día, teniendo como ayuda la página web www.mividaenxto.com
• Busca criterios evangélicos que te ayuden a contrarrestar aquellas ideas que te alejan de Dios y de su Plan.
Acciones comunitarias
• Vean la película «Piso 13» (The Thirteenth Floor) y dialoguen cómo una incorrecta visión del hombre puede llevarlo a vivir en la esclavitud.
• Escriban una relación de algunos criterios del mundo de hoy que tengan origen en las ideologías estudiadas.
Celebramos nuestra fe
Recemos en comunidad
Todos:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Monitor
Señor Jesús, tú eres la Luz que vino al mundo para iluminar nuestras vidas y darnos la posibilidad de acceder a la Verdad. Te pedimos que nos ayudes vivir según el Plan de amor que tienes con cada uno de nosotros.
Lector:
«No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros, y os he
destinado para que vayáis y deis fruto, y que vuestro fruto permanezca; de modo que
todo lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo conceda»[21].
Monitor:
El Señor Jesús es quien nos ha llamado y elegido para trasmitir con fidelidad su verdad en el mundo. Acojamos su llamado y cooperemos fielmente con su gracia para así dar los frutos que Él espera de cada uno de nosotros. Cantamos «Id Y enseñad»:
1. Sois la semilla que ha de crecer.
Sois la estrella que ha de brillar.
Sois levadura, sois grano de sal,
antorcha que debe alumbrar.
Sois la mañana que vuelve a nacer.
Sois espiga que empieza a granar.
Sois aguijón y caricia a la vez,
testigos que voy a enviar.
ID, AMIGOS, POR EL MUNDO, ANUNCIANDO EL AMOR,
MENSAJEROS DE LA VIDA, DE LA PAZ Y EL PERDÓN,
SED, AMIGOS, LOS TESTIGOS DE MI RESURRECCIÓN.
ID LLEVANDO MI PRESENCIA, CON VOSOTROS ESTOY.
2. Sois una llama que ha de encender
resplandores de fe y caridad.
Sois los pastores que han de guiar
al mundo por sendas de paz.
Sois los amigos que quise escoger.
Sois palabra que intento gritar.
Sois reino nuevo que empieza a engendrar
justicia, amor y verdad.
3. Sois fuego y savia que vine a traer.
Sois la ola que agita la mar.
La levadura pequeña de ayer
fermenta la masa del pan.
Una ciudad no se puede esconder,
ni los montes se han de ocultar;
en vuestras obras que buscan el bien
los hombres al Padre verán.
Monitor:
Acojámonos al manto protector de Santa María y bajo él, caminemos en la gesta de un mundo más fraterno y reconciliado
Todos:
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
————————————————————————————————————————-
ANEXO
«El apogeo de la cristiandad»: Descargar aquí
—————————————————————————————————————————————
NOTAS
1. Escolástica: La escolástica (del latín scholasticus, y éste a su vez del griego σχολαστικός [aquel que pertenece a la escuela]) es el movimiento teológico y filosófico que intentó utilizar la filosofía grecolatina clásica para comprender la revelación religiosa del cristianismo.
2. Tendencia a la concentración de las propiedades en manos de una sola persona o institución. Los principales tipos de contrato eran: el prestimonio, en el que el dueño retenía el dominio, pero entregaba a un campesino el usufructo de manera vitalicia, quedando sometido a una relación feudal. Los censos enfitéuticos y foros, contratos de larga duración (a veces indefinida) en la que el dueño retenía el dominio directo y el campesino el dominio útil, a cambio de un canon y una cantidad en caso de transmisión hereditaria.
3. La Guerra de los Cien Años (Guerre de Cent Ans en francés, Hundred Years' War en inglés) fue un prolongado conflicto armado que duró en realidad 116 años (1337-1453) entre los reyes de Francia y los de Inglaterra. Esta guerra fue de raíz feudal, pues su propósito no era otro que dirimir quién controlaría las enormes posesiones de los monarcas ingleses en territorios franceses desde 1154.
4. Ockham fue alumno aplicado del nominalismo temprano propuesto por Juan Roscelin de Compiègne (1050-1120) que negaba la existencia de los universales, asimiló el realismo del Beato Juan Duns Scotus (1265-1308), de Guillermo de Durand (1270-1332) su conceptualismo y sus prejuicios frente al Escolasticismo, y de Pedro Abelardo y Siger de Brabante la imposibilidad de abstraer principios generales y universales de las cosas.
5. RAE, Conceptos universales: Conceptos formados por abstracción, que representan en nuestra mente, reducidas a unidad común, realidades que existen en diversos seres; p. ej., hombre, respecto de Pedro, Juan, Antonio, etc., y así todas las especies y los géneros.
6. De origen alemán, Fue un teólogo, fraile católico agustino recoleto en cuyas enseñanzas se inspiró la Revuelta Protestante. Inauguró la doctrina teológica y cultural denominada luteranismo e influyó en las demás tradiciones protestantes.
7. Renacimiento es el nombre dado a un amplio movimiento cultural que se produjo en Europa Occidental en los siglos XV y XVI. Sus principales exponentes se hallan en el campo de las artes, aunque también se produjo una renovación en las ciencias, tanto naturales como humanas.
8. Es la antropología del yo solitario y autosuficiente, cerrado y aislado de los demás. Para el individualismo las relaciones humanas se dan, si, pero son «accidentales», dependen de la libertad del hombre. Puede abstenerse de ellas, como puede dejar de estudiar matemáticas. Esas relaciones no interesan gran cosa al despliegue de la persona. No son una dimensión constitutiva del hombre. El individualismo es una acentuación unilateral de la individualidad, no permanece a nivel de ideas, sino que crea una actitud, un hábito existencial: los individualistas se creen siempre acreedores, nunca deudores de los demás.
9. Escepticismo la es denominación que recibe la actitud de cuestionar o poner en duda algunas afirmaciones que bajo algunos contextos se dan por sentado. En la filosofía clásica el escepticismo es una corriente filosófica basada en la duda, representada en la escuela de 'Skeptikoi', de quienes se decía que «no afirmaban nada, solo opinaban». El escepticismo se diferencia del negacionismo por exigir evidencia objetiva a las afirmaciones, y en caso de haber tal evidencia aceptarla, en tanto que el negacionismo cuestiona o rechaza las evidencias.
10. La metafísica es «la ciencia del ser en tanto que es ser, o de los principios y causas del ser y de sus atributos esenciales». Plantea un problema muy concreto: ¿qué es lo que hace que un ser sea lo que es? ¿qué es lo que hace que un caballo sea un caballo, que una estatua sea una estatua, que una cama sea una cama? Se trata de saber el sentido que tiene la palabra ser en la definición que enuncia la esencia de un ser. Cuando se desestima la metafísica estamos afirmando que no es posible conocer la esencia de las cosas y esto conlleva necesariamente al materialismo. Solo es real y verdadero aquello que es mensurable y verificable científicamente.
11. El Hombre de Vitruvio es un famoso dibujo acompañado de notas anatómicas de Leonardo da Vinci realizado alrededor del año 1490 en uno de sus diarios. Representa una figura masculina desnuda en dos posiciones sobreimpresas de brazos y piernas e inscrita en una circunferencia y un cuadrado ('Ad quadratum'). Se trata de un estudio de las proporciones del cuerpo humano, realizado a partir de los textos de arquitectura de Vitruvio, arquitecto de la antigua Roma, del cual el dibujo toma su nombre. También se conoce como el Canon de las proporciones humanas.
12. Se llama inmanentismo a toda doctrina o actitud que de alguna manera se cierra a la transcendencia, es decir, a la relación con lo «otro», porque cree que el sujeto encuentra lo «otro» en sí mismo de una forma equivalente. De este modo, en aras de una «interioridad» mal entendida o de un compromiso intramundano, el inmanentismo destruye la auténtica actitud religiosa, que es la aceptación de un Dios adorado como el totalmente otro y un dejarse sorprender con gratitud por la siempre insospechable novedad de la acción de Su gracia en la historia.
13. Escepticismo viene del griego skeptomai, que significa “investigar” y sostiene, en principio, que la mente humana no es capaz de justificar afirmaciones verdaderas. El Papa San Juan Pablo II, situó el origen del escepticismo «con Descartes quien, por así decirlo, desgajó el pensar del existir y lo identificó con la razón misma: “Cogito, ergo sum”», (“pienso luego existo”).
14. Subjetivismo es: «Toda teoría del conocimiento donde el carácter de verdad se hace dependiente en una forma o, en otra, de la constitución del sujeto que conoce [...] Toda teoría que pueda afirmar que lo que es verdad para un sujeto puede no serlo para otro». El subjetivismo en general es la reducción de toda verdad y moralidad a la individualidad psíquica del sujeto particular, siempre variable e imposible de trascender, sin posibilidad alguna de validez de una verdad absoluta universal. El subjetivismo limita la validez de la verdad al sujeto que conoce y juzga.
15. San Juan Pablo II, Cruzando el Umbral de la Esperanza, Grupo Editorial Norma, Barcelona 1994, p.75
16. Gn 3,5.
17. San Juan Pablo II, Encíclica Fides et Ratio, 45.
18. «No es exagerado afirmar que buena parte del pensamiento filosófico moderno se ha desarrollado alejándose progresivamente de la Revelación cristiana, hasta llegar a contraposiciones explícitas». San Juan Pablo II, Encíclica Fides et Ratio, 46.
19. 1Pe 3, 15-16.
20. Benedicto XVI, Catequesis de los miércoles, Vaticano, 14 Noviembre 2012.
21. Jn 15,16.